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El misterio develado: Tiendas en línea para todos

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Los sabios lectores que conocen Bootlog mejor que la disposición de letras del teclado recordarán que llevo casi dos años hablando acerca de un "proyecto secreto". Uno en que he estado trabajado a distancia con Ismael – también conocido como @ismasan – quien fuera socio mío en Aardvark, la empresa ésa del famoso slogan "si lo pronuncia bien a la primera le hacemos un descuento".

Pues resulta que tan pero tan pero requete tan secreto es, que incluso cuando tuve que rediseñar éste sitio apareció misteriosamente y de la nada un signo de interrogación para meterle más suspenso aún a la llegada de este hijo pródigo.

Ismael por supuesto no ha sido tan sigiloso como yo y ha tirado mi experimento por la borda no una sino varias veces, pero para los que aún no conozcan el final de la película, aquí voy.

La historia se empieza a tipear

Como se imaginarán, en la vieja era Aardvarkiana se trabajaba más que zombies endemoniados, especialmente en aquellas tardes en que hacíamos extensas pruebas de calidad a nuestro software de gestión corporativa UT2007. Pero de vez en cuando nos tomábamos un break y si coincidía que en ése momento chillara sin piedad nuestro cuernófono, Ismael tomaría el auricular para saludar como siempre en impecable jerigoncio.

-- Leo: ¿Quién es? -- Ismael: Ni idea. Suena como importante pero quiere un carrito de compras. -- Héctor: ¿Otro más? -- Ismael: Otro más. Ya debe ser como el tercero en menos de un mes! -- Tomás: Pregúntale si quiere carrito o canasto de compras. Dile que son cosas distintas. -- Héctor: Jaja, que es gil Tomás. -- Tomás: Jaja. -- Leo: ¿Qué le decimos? -- Ismael: Hmm... no sé. ¿Queremos hacer un sitio con pago en línea? -- Héctor: ¿Desde cero? -- Leo: Cresta. -- Tomás: El otro día vi que apareció un CMS de e-commerce nuevo, una cuestión como "rosado" o "fucsio", algo así. -- Leo: ¿Y? -- Tomás: No sé. Lo mire a la rápida y era como un OSCommerce pero más "web dospuntoshero". -- Ismael: Hmm, probablemente más de lo mismo... ¿PHP? -- Tomás: Sip. Ya te dio asco me imagino, jaja. -- Leo: Bueno dile que lo vamos a conversar y le mandamos un presupuesto. -- Héctor: ¿Con ése "conversar" te refieres a un rematch? -- Ismael: Jeje. :)

Bueno, es posible que los diálogos no hayan sido exactamente así tal-tal cual, pero el asunto es que en Aardvark siempre fueron un tema complejo los sitios web con pago en línea, y por tres grandes razones – o más bien, por tres grandes problemas:

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  • El primero.
    Porque habiendo probado la mayoría de los softwares de e-commerce de código abierto, nuestra impresión siempre fue que ninguno resolvía BIEN el problema. Ninguno lograba simplificar de manera elegante el proceso de administrar catálogos de productos en línea, lo que significaba que eventualmente nuestros clientes tendrían problemas manejándolos en el día a día (problema para ellos y para nosotros, claro). Todos pura física cuántica.
  • El segundo problema.
    Al mismo tiempo, ninguno nos ofrecía la flexibilidad necesaria como plataforma para atraernos como desarrolladores a usarla. Todos requerían una curva de aprendizaje tan alta (para no quedarse en lo básico y hacer cosas más interesantes) que simplemente no valía la pena dedicarle tanto tiempo sólo para armar un sitio (nuevamente, problema para nosotros). Biología inframolecular.
  • Y el tercero.
    Por último, sabíamos que al tratarse de transacciones en línea el tema se hacía triplemente más delicado. Porque claro, si en blog desparece un post quizás no sea tan grave, pero si en una tienda falla el flujo de la transacción, o no se efectúa un pago, es una cosa bien distinta. Llamado y reto a gritos seguro.

Por todo esto tratamos siempre de mantenernos a raya de cualquier tipo de desarrollo que involucrara carritos, canastos, cestas, o lo que fuera que tuviera que ver con compras en línea, simplemente porque hasta ése entonces el desarrollo y la implementación equivalía a cacho seguro. Hasta que un día con Ismael decidimos tomar el oso hormiguero por las orejas y encontrarle una solución definitiva al asunto.

Un año y medio después puedo darles finalmente la respuesta.

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