Los universos paralelos de Tugar
De Tugar si que no me esperaba preguntas cuando volví a publicar por acá.
Y no sólo por todo el tiempo que el sitio lleva en modo hibernación, sino porque juraba que a estas alturas el problema de encontrar casa en Chile ya estaría mejor resuelto.
Supongo que no es tan así.
Tugar guarda un rincón preciado en mi intestino por varias razones, y la mayor es que fue el proyecto que me hizo darme cuenta que me quería dedicar a hacer cosas en Internet. Con esto me refiero a que fue la respuesta que recibí de los usuarios lo que me hizo creer, y definir, en parte, el futuro de mi carrera profesional. Así que creo que lo menos que se merece Tugar y los honorables es una buena explicación de qué fue lo que pasó con el engendro.
La versión corta es que Tugar está en el congelador hasta nuevo aviso. La versión mediana es que llegó a ese lugar después de haber pasado por varias etapas o iteraciones o "pivoteos" – ninguno de ellos pudiendo llegar a puerto en un cien por ciento. La versión larga viene a continuación, e intentará dar cuenta de cómo habrían sido las cosas si alguna de esas versiones se hubiese materializado.
Estos posibles universos paralelos son exactamente seis. SEIS conchalalora.
Antes de partir, un breve resumen para quienes no conocen el proyecto: Tugar fue uno de esos experimentos de fin de semana que intentaba solucionar el problema de encontrar casa en Santiago. Nació el año 2008 un poco después de la llegada de Google Maps a Chile, y fue, por lo mismo, uno de los primeros "mashups" que cruzaba el uso de mapas junto con otra cosa. Esa otra cosa era el catálogo de propiedades de sitios como PortalInmobiliario, El Mercurio y ACOP.
La primera versión de Tugar, de hecho, era sólo una página (la que ves arriba) y sólo permitía encontrar departamentos en arriendo y nada más. Y por ése entonces Nico Orellana me invitó a mostrarlo en su evento Webprendedor. Ahí la cuestión empezó a agarrar vuelo.
Un par de meses después lancé una versión más completa, que además permitía suscribirse a una zona geográfica y recibir notificaciones por email cuando aparecieran nuevas propiedades en esa zona. Éste, de hecho, era el sueño original de Tugar.
Ya, ahora sí.
Universo paralelo 1: La API de Tugar
Después de lanzar la segunda versión del sitio, y en el proceso de sortear las interminables vallas de scrapear a monstruos como el Portal Inmobiliario, me di cuenta que la clave para escalar sería ir, gradualmente, invirtiendo el proceso de agregación de propiedades. Normalmente la aplicación leía, mapeaba y almacenaba las propiedades publicadas en otros sitios, pero eso implicaba mantener los scrapers y estar siempre a la merced de cualquier cambio que rompiera los minibots.
Además en ése entonces el sitio estaba escrito en PHP – y mis habilidades en código eran bastante rudimentarias así que el costo asociado a corregir o optimizar cada scraper era alto – así que me fijé como objetivo que Tugar tuviese una API para que otros desarrolladores pudiesen enviar propiedades a Tugar en vez de yo tener que salir a buscar cada una de ellas.
La API no sólo la desarrollé sino incluso tuvo su propio sitio y si mal no recuerdo a uno que otro desarrollador le envié el link con la documentación para que la probara. Pero nunca hice un anuncio oficial, en parte porque sentía que le faltaba para ser considerada "estable" pero también un poco por pudor.
Llegó un punto en que me di cuenta que no tenía sentido dedicarle más horas a mejorar una API que nadie usaba si ni siquiera había encontrado una manera de sacarle un peso al sitio.
Universo paralelo 2: Publicidad en Tugar
En mi afán de poder rentabilizar Tugar, entonces, empecé a barajar la opción de que el sitio incluyese algún tipo de publicidad "dos punto cero". O sea no el típico-banner-chillón-haga-click-aquí sino algo más sofisticado basado en el componente llamativo de Tugar que era la georreferencia (recordemos que esto era el 2008).
Se me ocurrieron dos ideas. La primera era mostrar alertas o mensajes basados en la ubicación donde estuviese buscando el usuario, algo así como AdSense pero basado en coordenadas geográficas, y sumado a los criterios de búsqueda o filtro que hubiese hecho el usuario. Algo así:
La segunda idea era agregar capas de información a los mapas, por ejemplo mostrar los colegios o supermercados o bancos que existiesen en una zona geográfica para poder así ofrecerle más valor al que está buscando. La idea es que las empresas que pagasen tuviesen más visibilidad dentro de estas capas de información (por ejemplo mostrando un ícono genérico para los supermercados de cadenas que no pagasen, y en cambio el logo para las cadenas que sí).
Nunca llegué a implementar todo esto en un 100% pero sí intenté venderle la idea a algunas agencias de medios. Además de recibir puros "ahora no, pero sigamos en contacto", esto fue un tremendo desgaste – de partida me tenía que sacar las chalas y ponerme una camisa – pero en definitiva me sirvió para darme cuenta que si quería poder vivir de Tugar tenía que mantenerme lejos del negocio de la publicidad.
Quizás si el sitio hubiese tenido diez veces el tráfico que tenía hubiera sido posible. Pero ése no era mi caso.
Universo paralelo 3: Tugar Pro
Habiéndome dado cuenta, entonces, que la publicidad no era el camino, un día escuché una voz en mi cabeza.
-- Tomás estai puro hueveando. Tenís que cobrar por un Tugar más pulento.
Y así fue como empezó el tercer pivoteo de Tugar: la versión Pro. La idea era que:
a) los usuarios pudiesen publicar avisos directamente en Tugar, con la posibilidad de que esas propiedades aparecieran destacadas sobre el resto, con un ícono distinto. Esto también implicaba agregar una vista de detalle para las propiedades, cambiando la lógica del sitio de un metabuscador a una especie de híbrido.
b) la segunda idea era más entretenida, y era que los usuarios pudiesen pagar por acceso privilegiado a alertas en zona geográficas, es decir, que para una misma zona si hubiesen dos o más suscritos, el que pagara por este servicio recibiría las alertas antes que el resto (que normalmente las recibían cada día a las 10 AM).
La primera idea la llegué a implementar de manera básica, y de hecho llegó a publicarse una propiedad a través del formulario (sí, sólo una). Fue un departamento de un arquitecto en el centro de Santiago, con fotos y todo, pero que no tuvo mucha visibilidad.
Con respecto a la segunda idea, alcancé a implementar una parte pero por alguna razón nunca me logré convencer de cómo debía ser el modelo comercial. ¿Un monto fijo por zona con privilegios, permitiendo compartir el privilegio con otros? ¿O mejor un sistema basado en apuestas donde el mayor postor gana, y el o ella es la única persona que recibe las alertas antes que el resto?
Ahora, hubo otro ingrediente en la sopa que impidió que este universo paralelo se materializara, y es quizás el más crítico. Tugar se basaba en el contenido de otros para proveer su servicio, y si bien, técnicamente, lo único que hacía era derivarles tráfico a estos otros sitios, ellos siempre estuvieron en contra de Tugar, e incluso (como supe tiempo después) estuve al borde de recibir una demanda.
El punto era que si abría la posibilidad de publicar propiedades y de cobrar por destacarlas, no sólo dejaría de ser un proyecto buena onda sin fines de lucro, sino además Tugar hubiera pasado a ser competencia "directa" de sus fuentes del contenido, arriesgando perderlas y por lo mismo arriesgando perder su verdadero valor que estaba en poder encontrar todo en un lugar.
Este fue un debate interno que duró un buen tiempo y donde finalmente terminó ganando la porción más baja de mi intestino, dando a luz a los tres otros pivoteos de los que hablaré pronto. Por ahora los dejo con una joyita que encontré perdida en un cajón.
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Voy a ser consecuente con mi decisión de publicar corto y rápido y dejaré el resto de la historia para un próximo post. ¿Quién le achunta a lo que vino después?