No mates la música, bájala

O por qué no hay caso con El Mercurio

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Para la segunda columna de [km]cero decidí, por segunda vez en la historia del universo jamás inventado, escribir algo con algo de sustancia (como en los viejos tiempos de Bootlog!). Quise tomar como tema lo que estaba pasando con Radiohead y su disco In Rainbows.

Obviamente, en ése momento el tema estaba candente, pero a estas alturas ni siquiera da para hacer un chiste de él. Por eso quiero aprovechar de contarles otra historia relacionada, y que sí tiene como para exprimirle algo de jugo.

El caso es que mi columna salió publicada en la edición del 17 de Octubre del [km]cero. La titulé "No mates la música, bájala", un poco para hacer mención a la famosa campaña de la SCD, pero poniendo el énfasis en el cambio que está provocando Internet en la industria de la música (y cómo la movida de Radiohead lo puso en evidencia).

Bueno, resulta que un par de días después me topé con la edición del domingo de El Mercurio frente a mí, y un cuerpo Artes y Letras que anunciaba con bombos y platillos un extenso reportaje sobre el tema. Por supuesto que abrí la sábana.

Sorpresa.

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¿No les parece algo bastante familiar?

A mi sí.

No estoy diciendo que la periodista (Macarena García) lo haya copiado, pero es imposible no plantearse la duda.

Lamentablemente no tengo cómo linkearles el artículo, ya que El Mercurio una vez más tiene errores en podrido el sistema, por lo que cualquier link a un artículo de hace más de una semana en la "edición impresa" arroja un 404. Y no es broma, pueden verlo ustedes mismos en la portada del Artes y Letras de ese día (curiosamente, aparece con fecha Miércoles). Si les interesa, pueden leer una réplica del artículo en el blog de Ricardo Román.

Bueno, ahí está. Por fin me descargué. Aquí va el original, para que El Mercurio no les cuente cuentos. ¡Provecho!

No mates la música, bájala

Publicado el 17 de Octubre de 2007

Apostemos. Diez a uno a que más de la mitad de tu colección de música la bajaste de Internet. De hecho, probablemente ya ni te acuerdas hace cuánto compraste tu último disco. ¿Sí o no?

Bueno, somos dos.

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Desde que la música se digitalizó, y pasamos del viejo "personal" al iPod, era lógico que el CD iba a terminar en el tacho de la basura. Y aunque el panorama cambió, las disqueras siguen mirando a Internet como el "demonio", y no como lo que realmente es: la mejor y más grande red de distribución de contenido. Otros sí atinaron, como Amazon o Apple y su exitosa iTunes Store.

Pero el turno le llegó a los músicos.

Gilberto Gil y Beastie Boys, por ejemplo, liberaron varias de sus canciones para que cualquiera las baje y escuche. Pearl Jam siguió el ejemplo con Life Wasted, su primer video en ocho años, e incluso creó su propia tienda online donde suben las grabaciones de cada concierto. Hasta el propio McCartney hizo debutar el primer single de su último disco en YouTube.

Pero la última es de Radiohead. Tras independizarse, los ingleses decidieron lanzar su último trabajo en formato digital, bajo la filosofía "pon tú el precio". Así, tal cual: paga cero o cien, y después bájalo.

¿Revolución? ¿El fin de las disqueras? Dime tú. Yo sólo sé que con algo me pondré, porque así de justo es como las cosas deberían ser.

Ah, y a propósito: no le crean nada a ComScore y sus estadísticas inventadas que dicen que "lo de Radiohead fue un fracaso". Fue rotundamente desmentido. Sólo recuerden que la apertura de la red tiene muchos enemigos. :)

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