El 2007 no será el año del Open Source

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Y otro año más se fue y Einstein vuelve a tener razón. ¿Acaso no es todo relativo? Para algunos, por ejemplo, el 2006 fue el año más caluroso de la historia, mientras que para otros el comienzo de una revolución. Para algunos un año convulsionado, pero para otros uno marcado por el éxito (y ojalá que este año sea así para todos!).

En fin. El problema es que como todo principio de año, ya se empezaron a tirar las cartas de lo que (supuestamente) veremos en los próximos 12 11 meses. Para algunos esto; para otros, esto otro. Y cómo no iba a ser, nuevamente volví a escuchar, de parte de varios, la misma estupidez que escucho todos los años.

Que el 2007 será el año del Open Source.

Hasta cuándo van a seguir con la tonterita esa.

Antes que todo, me parece que primero hay que ver a qué se refieren estos tipos cuando dicen que "este año se viene". O sea, claro, cuando al menos se dan el tiempo de respaldar sus dichos con argumentos (porque ComputerWorld ciertamente no lo hace al hacer sus predicciones del futuro).

Pero aquí tenemos una. DiarioTI publicó las barbaridades que vomitó Unisys hace unas semanas. Así dice:

"Según Unisys, 2007 será el año en el cual el software de código abierto (open source) obtendrá el respaldo arquitectónico y los canales de distribución necesarios para lograr la aceptación de los clientes empresariales como un vehículo de primera línea para implementar aplicaciones empresariales que impulsen el crecimiento y la innovación de los negocios a un menor costo por transacción."

Perfecto. Ahora me gustaría hacer una contrapregunta. ¿Acaso el año pasado no fue "el año del Código Abierto"?

Buen momento para un Resumen Resumido™.

El 2006 pasó absolutamente de todo en el mundo del pingüino. De todo. Vimos la firma de acuerdos históricos como el de Microsoft y Novell, y todo el revuelo que causó a lo largo y ancho de la red, especialmente luego de la terrible señal que lanzó Ballmer sobre la postura de MS de que "Linux les robaba propiedad intelectual".

Supimos también de grandes cambios como el de Oracle, que decidió lanzar su propia distribución de Linux y comenzar a dar soporte al mundo empresarial, codo a codo con Red Hat. Otro cambio de políticas fue el recién sabido de Dell (el fabricante #1 de PCs en el mundo), que finalmente comenzó a vender tarros con Linux precargado, a pesar de la presión de Microsoft por evitar que eso sucediera.

En Europa la cosa también estuvo movida. En el Viejo Continente, el crecimiento de Firefox fue explosivo, llegando a ocupar casi un 25% del mercado de los navegadores. Por su lado, el parlamento francés decidió cambiarse a Linux en gran parte por la reducción de costos que les significaría, sumándose así a iniciativas como la de Amsterdam y a otras anteriores como el caso de Munich.

Por cierto, Audi también tomó la sabia decisión de cambiarse a Linux.

En la red, la masificación del software de Código Abierto también fue abrumante. Además de Firefox, la expansión de plataformas de publicación como Wordpress, Drupal, Joomla, o de Frameworks de programación en Javascript, Ruby, PHP o cuanto otro lenguaje fue, por qué no decirlo otra vez, abrumante. Son tantos los distintos proyectos que tendría que escribir párrafos y párrafos sólo para nombrarlos a todos (que por lo demás, muchos tienen nombres impronunciables!). Eso sin mencionar que la gran mayoría de los sitios de esta "revolución web 2.0" están construidos íntegramente sobre sistemas de Código Abierto, como el caso de Digg, Last.FM, Odeo, Flickr y cómo no, la propia Wikipedia.

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Pero no podría terminar de hablar del 2006 sin mencionar el enorme crecimiento de usuarios de Linux que causó el fenómeno Ubuntu (Shuttleworth dice que ya somos 8 millones). Habrá sido gracias a la popularidad de los efectos tridimensionales de Beryl, no lo sé, pero sin duda el año pasado se destapó una alternativa real para todos los usuarios descontentos de Windows. Y al decir "destapó" me refiero precisamente a eso: a que los usuarios finalmente empezaron a descubrir, a conocer de cerca algo distinto a Windows (porque Linux como alternativa existe desde mucho antes que naciera Ubuntu). Por eso prefiero decir que el mérito no es precisamente de Ubuntu, sino de la comunidad que hay tras la distribución. Y su verdadero mérito no es más que haber puesto al pingüino como un tema de conversación en la red, en los blogs, en los foros, en los wikis, en tu cabeza y en la mía. Y ésa, sin duda, es la gran carencia que ha tenido Linux desde que nació: la falta de información y de difusión.

En el fondo, si hay alguien que se ha beneficiado con el famoso "boom" de los blogs es, precisamente, nuestro amigo Tux.

Pero ojo. Cuando digo que el número de linuxeros aumentó el 2006, no me refiero sólo a la migración de usuarios comunes y silvestres, sino en especial a la adopción que empezó a tener dentro de las empresas, en gran parte por el apoyo de parte de Novell (grande SUSE!), de Oracle, de IBM, de Sun, y quién lo hubiera creído, ahora hasta del propio enemigo. Pero para qué vamos a ponernos pesados.

Mi pregunta es, si usamos ese mismo criterio de "obtener el respaldo y los canales de distribución", ¿no les parece que perfectamente podríamos llamar al año 2006 como "el año del Open Source"?

Exacto.

Mi opinión es que eso sería igual o quizás más absurdo que decir que el 2007 será "el año". Y todo por la sencilla razón de que todos los años son el año.

Ningún año es más importante que otro porque todos son distintos, reflejan circunstancias distintas y ciertamente revelan procesos distintos. Decir que un año "es el año", implica negar que otros lo hayan sido o lo puedan ser, y eso sin duda es una estupidez.

Todos sabemos que esta "revolución" ya empezó, pero todos también sabemos que se trata de una lenta y silenciosa. Olvídense de los bombos y los platillos y de los pasteles en la cara a Gates. Pero por favor, que se olviden también de discutir tonteras como si este será o no será "el año del Open Source". A fin de cuentas, todos los años son el año, y por la cresta, Linux definitivamente está listo para el escritorio. La experiencia no sólo me dice que es así, sino también que el Tux seguirá abriéndose paso en el mundo, tal como lo ha hecho hasta ahora. Lento pero a paso firme.

Que el proceso sea de a poco a estas alturas ya casi no me importa. Por lo demás, se disfruta el doble.

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