I fork, I fork: Abriendo mi caja de herramientas digitales

Tomas trabajando

Siempre me han gustado los artículos del tipo "qué uso para trabajar" porque siento que uno siempre descubre algo interesante: una mejor herramienta, un nuevo programa, o a veces simplemente una idea para mejorar el flujo de trabajo o hacer una tarea mas fácil.

En el último tiempo he visto un par que me han llamado la atención y no porque muestren cosas superhipernuevas sino todo lo contrario: los tipos esencialmente siguen usando las mismas cosas que hace una década.

Yo también soy de los que creen que lo nuevo no es necesariamente mejor, pero además me pasa que soy medio mañoso, y si veo que a una herramienta le falta o sobra algo lo más probable es que le meta mano, especialmente si es una que uso todos los días.

Así que me dieron ganas de mostrar algunas cosas que tengo en mi caja de herramientas, porque puede que le sirva a alguien tal como a mí me pasa cuando leo a otros.

A ver si pillas algo que te sirva.

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Vender humo o vender caca

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La primera vez que viajé a Silicon Valley fue hace ocho años, justo después del cierre temporal prolongado de mi primera empresa, ésa con el nombre impronunciable, cuando recién estaba empezando a darle forma a Bootic y definiendo qué diablos hacer.

Como mi plan en ése entonces no era dedicarme a hacer cosas en Internet, era pocazo lo que sabía de la industria; de hecho, tan lejos estaba de ese mundo que cuando hubo que comprar los pasajes tuve que averiguar cuál era el destino, porque no tenía idea en qué parte de Estados Unidos quedaba Silicon Valley.

Lo que sí sabía, o que al menos no me cansaba de escuchar, era que este viaje iba a ser una oportunidad para "levantar lucas" porque allá es donde estaban, o sea poco menos que al aterrizar nos íbamos a encontrar con un grupete de inversionistas en fila para ponernos a cada uno un collar de dólares.

A Chile volví con suerte con un collar de souvenirs y ni medio dólar, pero con un par de aprendizajes y varias historias, además de una ponchera más extensa y quizás lo más importante: la determinación de no hacer más proyectos para clientes para dedicarme exclusivamente a los míos.

Esa decisión implicaba a) tener que conseguirme lucas con alguien como Corfo para parar la olla hasta que le cantara Gardel a alguno de mis proyectos, o b) saltarme esa parte y aperrar, dedicando el 100% de mi tiempo para apurar la llegada de ese día.

Claramente opción B, me dije a mi yo.

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El origen del lemming y el destino de la materia gris

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Les voy a contar una historia.

Mi viejo siempre ha sido medio tuerca para sus cosas, y de paso interesado en la tecnología. Una vez, a principios de los 90, llegó de un viaje con una caja grandota llena de esos papeles de burbuja. Adentro venía una tarjeta Sound Blaster y un lector de CD-ROM de una velocidad, y con ello la posibilidad de transformar nuestro querido 386 en un computador multimedia.

No sé por qué ése momento me quedó grabado en la mente, mucho más, por ejemplo, que la vez que presencié el cambio de los 16 colores de una pantalla EGA a los 256 de la VGA. Por alguna razón, el paso de A:\ a D:\ y la posibilidad de escuchar sonidos "reales" y canciones MIDI fue algo que me marcó, supongo que por la manera en que cambió mi percepción de estas máquinas. De ahí en adelante como que tenían vida.

Como sólo había un computador en la casa, la experiencia de usarlo era bien familiar, algo así como pasó con la tele en los 60s. O sea éramos mis tres hermanos y yo sentados al frente de esta máquina intentando ver hasta dónde podía llegar — lo cual es sólo una manera linda de decir que ese pobre 386 con botón turbo murió varias veces, pero afortundamente siempre logramos traerlo de vuelta a la vida, ya fuese cambiando la fuente de poder o el disco duro o jugando los jumpers o inventando alguna cosa.

Y ojo que no había Internet para averiguar cómo hacerlo!

Lo que sí tuvimos, tiempo después, fue un módem de 14.400 baudios que nos servía para conectarnos a los viejos BBS usando un programa llamado TELIX. Para usar el módem había que darle instrucciones con comandos que empezaban con "AT" como "ATZ" (resetear parámetros) o "ATDP" y el número que querías marcar. Algo así:

ATZ
OK
AT&F1&C3
OK
ATDP3344343

Y ahí empezaba la magia y los sonidos galáticos del módem. Si todo salía bien, te aparecía una pantalla del BBS dándote la bienvenida. Y si la memoria de hace 25 años no me falla, ese número que puse ahí es el que te conectaba con el mejor BBS de todos, el legendario HomeNet que lo tenía absolutamente todo.

Desde HomeNet bajábamos juegos comprimidos en ARJ que normalmente no pesaban más que un par de megas, lo cual, por supuesto, importaba un huevo en vista de que la cuestión igual se demoraba horas. Así que el verdadero problema era tener que aguantar los retos a fin de mes por la cuenta del teléfono, pero afortunadamente yo no era el hermano mayor así que no me llegaban a mí. Yo me dedicaba a jugar no más, a disfrutar de las joyas que fuimos descubriendo como los primeros Monkey Island, el Master of Magic y RPGs como el Lands of Lore y los Eye of the Beholder.

Ésto:

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Los Monkey Island 1 y 2 tenían buenos gráficos y buena música, pero lo que los hacía destacar era el humor y la trama. Es la historia de un tipo que quiere ser pirata, y aunque no lo creas tiene relación con lo que viene.

Igual, mis viejos nos tenían prohibido jugar en el PC durante la semana, y como poco interés había en usarlo con fines académicos, pasaba la mayor parte del tiempo apagado. Un día abrí BASIC e intenté escribir algo pero me aburrí al poco rato porque no se me ocurrió nada práctico para hacer. Mucho mejor ver a Oliver Atom y los Super Campeones!

Y dedicarme a hacer software; eso sí que jamás se me pasó por la cabeza. En el colegio yo era de los que tenía buenas notas, especialmente en matemática y los ramos científicos, así que para todo el mundo la cosa estaba clara: yo tenía que ser un hombre de ciencias, un ingeniero, y ojalá con muchos grados.

Y crecí con esa idea dando vueltas, sin preguntármelo mucho, hasta que llegué a la pubertad y a la adolescencia… o mejor dicho cuando ellas llegaron a mí y se armó la grande.

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Los universos paralelos de Tugar

De Tugar si que no me esperaba preguntas cuando volví a publicar por acá.

Y no sólo por todo el tiempo que el sitio lleva en modo hibernación, sino porque juraba que a estas alturas el problema de encontrar casa en Chile ya estaría mejor resuelto.

Supongo que no es tan así.

Tugar guarda un rincón preciado en mi intestino por varias razones, y la mayor es que fue el proyecto que me hizo darme cuenta que me quería dedicar a hacer cosas en Internet. Con esto me refiero a que fue la respuesta que recibí de los usuarios lo que me hizo creer, y definir, en parte, el futuro de mi carrera profesional. Así que creo que lo menos que se merece Tugar y los honorables es una buena explicación de qué fue lo que pasó con el engendro.

tugar-portada

La versión corta es que Tugar está en el congelador hasta nuevo aviso. La versión mediana es que llegó a ese lugar después de haber pasado por varias etapas o iteraciones o "pivoteos" – ninguno de ellos pudiendo llegar a puerto en un cien por ciento. La versión larga viene a continuación, e intentará dar cuenta de cómo habrían sido las cosas si alguna de esas versiones se hubiese materializado.

Estos posibles universos paralelos son exactamente seis. SEIS conchalalora.

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Me despido del cóndor

La madurez le llega al cóndor a sus cinco o seis años, y hoy, mi querido cóndor, ése llamado Prey que nació hace exactamente esa cantidad de años, ha llegado al punto en que poco necesita de mí para seguir creciendo. Llegó, entonces, mi hora de dar un paso al lado y dejar que el pájaro siga su camino.

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Lo que faltaba

Conchalalora. Ya son seis años. Si no hubiera sido porque hoy me comí cuatro manís de más, quizás nunca me hubiera acordado que llegó la hora de publicar algo en mi blog.

Esto significa que ya han pasado más de diez años desde que escribí mi primer post en Bootlog. D-I-E-Z conchalalora.

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Porque el mundo lo pidió: Panel de control para Prey

Una de las cosas que más nos habían pedido en el buzón de sugerencias de Prey (además del endemoniado keylogger) era tener una forma más simple de activarlo remotamente. Y con justa razón! Porque seamos francos: quizás tú y yo sabemos lo que es una URL, pero tu mamá probablemente piensa que es el hermano de R2D2 o algo así.

Pues felizmente les puedo contar que tenemos algo que mostrarles.

panel-de-control-para-prey-hooray

Ahora Prey cuenta con un panel de control que permite despertarlo y además de eso configurar ciertos parámetros de la configuración, como activar ciertos módulos para que tengas más control sobre lo que pasa con tu computador.

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