Esto se acabó

Estimado Tomás:

Probablemente sabes quién soy. Y probablemente sabes por qué me tomé la libertad de escribir en este espacio.

No, no te hagas el tonto.

En más de una ocasión hemos hablado sobre lo importante que es mantener los compromisos. Que si dices una cosa la cumples. Ni te voy a enumerar la cantidad de veces que en este mismísimo lugar has prometido y rejurado que "ya se viene", que "tranquilos", "paciencia amigos" y cuánta cosa más. Que el Enchúlame el Ubuntu 3, que la segunda parte del Chile país de antipoetas (así se llamaba?) o que la continuación del "Mundo 2.0", si es que alguna vez tuviste pensado seguir escribiéndola.

Amigo mío, déjame decirte que todo tiene su límite, y ya no hay más vuelta que darle al asunto.

Esto simplemente se acabó.

Ok, antes de todo quiero aclararte que sinceramente no creo que todo esto lo hagas a propósito, porque sé que no eres una mala persona. Te lo digo en serio, y te lo digo porque te conozco probablemente mejor que nadie. Incluso mejor que tú mismo.

De que publicas, o mejor dicho, publicabas cosas interesantes, sí, de vez en cuando lo hacías. De que servían tus Enchúlames, bueno, la verdad no tengo la más mínima idea, pero pucha que me reía leyéndolos. O esos acertijos que yo te tiraba y que obviamente jamás los ibas a poder responder, así que no te quedaba otra que pedirle a otros la respuesta. Tampoco me he olvidado de las interminables discusiones que tuvimos – incluso algunas que terminaron con golpes en la mesa, jaja – y que también te diste libertad de compartir en este espacio.

Nunca me pediste permiso, pero bueno, ya me conoces, ¿para qué calentarse las neuronas porque sí?

Tomás, entiendo que has pasado por un montón de cambios, especialmente en el ámbito profesional, y por supuesto que toma tiempo reajustarse. Me imagino que no fue fácil dejar la oficina con Aardvark y volver a trabajar a tu casa, ni tampoco el que hayas regresado al mismo espacio a trabajar con otro equipo (que no apunta precisamente al mismo lado). ¿Cómo se llamaba? ¿Redac…tor?

Perdón, eeeso, Reactor.

Sé que además de la pega te dio por empezar a hacer clases de medios digitales en la Universidad, y que a pesar de que la regalona de Aardvark se separó, has seguido trabajando con Ismael en ése proyecto ultrasecreto que hace tanto tiempo estás desarrollando, y que si no lanzas pronto me voy a encargar personalmente de hacerlo público.

Ok, voy a ir al grano: lo que no entiendo es por qué cresta no te has dado el tiempo de escribir ni una mísera palabra sobre todo eso. Sobre todo lo que ha pasado en Liberación Digital, sobre los avances en Begin, sobre tus otras columnas en el ese periódico kilómetro-tanto, o qué se yo, incluso sobre el Mac que te compraste (sí, lo dije y qué).

Ah, y no me digas que no sé que desde un principio quisiste dejar tu vida personal totalmente fuera del blog, o esa idea tuya de que tienes que "demostrarte a tí mismo" que tu vida no depende del blog. Ok, muy bien, si es así, no cabe duda que lo lograste.

Pero, ¿sabes qué otra cosa lograste?

Lograste que ahora te lleguen mails como el de ese tipo que amenazaba con sacar a Bootlog de su lector de feeds si es que no publicabas algo pronto (y mejores enigmas también). ¿Y qué fue lo que tú hiciste? Te mataste de la risa.

Sí, ja.

¿Acaso no te han dicho que más vale pájaro en mano que cien volando? Mira, no sirve de nada que tengas 100 posts en borrador si no haces nada al respecto. Si los dejas ahí tirados como si nada, como si no te importaran (y sé que te importan). ¿Que acaso es tan difícil apretar el botón publicar?

Ah no, claro que no. Es que tu manía por echarle harta cebolla y pimienta a los artículos, y que si no, no sale. ¡Para eso métele la cocina completa y publicas un artículo al año!

Bueno, sí, me fijé que actualizaste la página Acerca de hace unos días, y la de Proyectos también, aunque todavía no es nada. Pero qué, ¿acaso me vas a decir que con eso basta? ¿Que una actualización por acá, una por allá, que un post a la semana o a las dos (o incluso más) es suficiente? ¿Crees que eso está bien?

No, no te rías. No es divertido. De hecho, te puedo asegurar que unos segundos más esa sonrisa desaparecerá de tu boca.

¿Quieres saber por qué?

Porque hoy se acabó el jueguito. Hoy voy a tomar el control de las cosas, te guste o no. Desde hoy Bootlog será mío. Te di demasiado tiempo para que hicieras algo, y naca-la-piri-naca.

Me imagino que viste que cambié las claves de acceso al sistema (conociéndote, probablemente antes de terminar la primera frase trataste de borrar este artículo), así que por ahora el que manda soy yo. ¿Y sabes qué más? Me cansé de que me sigas llamando "tu cerebro", porque si no te has dado cuenta, con los días andamos cada uno más por su lado; yo leyendo un libro y tú en la Luna, o tú en una reunión y yo en Júpiter. Desconexión total.

Así que, amigo mío, de hoy en adelante seré Pink.

No-no, no Pinky, Pink. Tal cual. Lo acabo de inventar, y lo elegí justamente para burlarme de tí y de tu fanatismo por esa banda que andas escuchando todo el día. Aparte, te apuesto a que ni sabes de dónde viene el nombre.

Incluso pensé en cambiarle el nombre al blog por algo más entretenido, algo como Beatlog, Goltoob o incluso Pink y sus Dendritas, pero pensé que quizás podía ser un poco mucho. Lo que sí voy a hacer es retomar algunas de las cosas que tú dejaste botadas hace tiempo. ¿Como qué? Como el Enchúlame 3. Como los enigmas (pero los míos, los buenos). Como todas esas "sorpresas" que habías prometido y que nunca entregaste.

La cosa es simple: si tú no lo haces, entonces lo haré yo.

Tomás, quiero que entiendas que todo esto lo hago por tu bien, lo hago sólo para despiertes, y en ningún caso significa que no podrás escribir aquí de nuevo. De hecho, eventualmente podríamos negociar algo, y te puedo dar los permisos para que publiques un post de vez en cuando. Si quieres, piénsalo desde ya: ¿qué te parece si me das un día libre a la semana (además del sábado y domingo que ya tenemos pactado) y te ofrezco un artículo al mes? Me parece de lo más justo.

Para terminar, sólo quiero insistirte una vez más en el tema de los compromisos. ¿Recuerdas la cantidad de veces que te prometí venganza, después de todos esos trucos que hacías para convencerme y para mantenerme bajo control?

Bueno, para que veas que cumplí, aquí me tienes. Soy todo un órgano de palabra.

– Pink, tu viejo amigo y ex "cerebro"

menciones

    comentarios