Enchúlame el Ubuntu II

Enchulame el Ubuntu - Guia Post Instalacion Ubuntu 2

¡Extra, extra! ¡Ya llegó! Después de la intolerable suma de casi cuatro meses, de ciento ochenta y nueve posts, uno que otro enigma y quien sabe cuántas canciones, aquí está el nuevo Enchúlame el Ubuntu para todos ustedes.

Aprovecho de pedirles disculpas, pero la verdad me costó encontrar el tiempo para sentarme un buen rato y escupir tonteras cuerdas como Linux manda. De todas formas, me pareció buena idea hacer coincidir este segundo Enchúlame con la salida de la nueva versión de Ubuntu, Feisty Fawn, modelo 7.04, hoy 19 de Abril.

Así que aquí estamos… ¡Grande Ubuntu!

Eso sí, les quiero pedir que no se hagan muchas expectativas. Sé que algunos las tienen, después de la aclamada simpática informativa primera guía post instalación Ubuntu que escribí hace más tiempo del que recuerdo.

¿Por qué anti-expectativas? Porque es lógico, Fulano está esperando que ahora hable de tal cosa que no hablé en la primera guía, Mengano está pendiente de otras, y Zutano, bueno, Zutano probablemente a estas alturas ya se fue a buscar mujeres por la red. Mejor démosle.

Señoras y señoes, con ustedes, Enchúlame el Ubuntu™ versión 2… Más larga, aburrida e insultante que nunca! Apaguen sus celulares por favor, y si es posible, traigánse una cerveza para amenizar el rato. ¡Aunque dudo que lo pasen mal!

Publicidad de los demonios:

begin.cl - empieza a navegar

¿En qué estábamos?

Enchúlame I fue una introducción a lo más básico en tu tarro Linux. Ahí aprendiste (o quizás no tanto) sobre los paquetes, los repositorios, las actualizaciones, y toda esa importantísima lesera. Además hice algunas recomendaciones sobre qué paquetes instalar y cuáles sacar. En otras palabras: si aún no lo has hecho, definitivamente te recomiendo que le eches un vistazo a ese artículo. Y si sí, bueno, sigue.

Hoy, como te imaginarás, vamos a dar un segundo y fundamental paso. Les contaré sobre la maraña de los permisos en Linux, explicaré cómo montar particiones tanto locales como remotas (utilisisísmo), cómo compartir archivos y tu conexión de red, y por supuesto, habrán un par de tips para optimizar tu máquina y que corra increíblemente bien. Todo eso condimentado con una buena dosis de Bootlogía™.

Llegará la hora de abrir la temida/amada consola por primera vez, y verás que todo eso que dicen, de que muerde o que te llevará directo al manicomio, es completamente farso.

Por último, recuerden que esta guía pretende explicar conceptos a los usuarios que están empezando con Ubuntu, y por lo mismo, es probable que ya conozcas algunos de estos consejos. En ese caso, toma tu plato y sírvete lo que se sea tu gusto no más. La casa invita.

Particiones y Discos

Lo primero es lo primero. Tenemos que ver si Ubuntu detectó todas tus particiones, y también si puedes escribir en ellas o no. Porque de nada sirve que todo funcione si no tienes acceso a tus archivos!

¿Escribir en ellas?

read-only-bootlog.jpg

Ah, sí. Lo que pasa es que Linux es bien quisquilloso en cuanto a quién puede leer y editar un archivo y quién no, o quién puede ejecutar un programa y quién no. Así es el famoso sistema de permisos de Unix, y quizás una de las diferencias ventajas más grandes que tiene el pingüino frente a Windows. Allá, básicamente cualquier usuario — y por cierto, un virus o troyano— puede modificar o borrar lo que quiera, mientras que en Linux necesita los permisos para hacerlo.

(Paréntesis: por "allá" me referiré siempre a Windows, y por "acá" a nuestro estimadísimo señor pingüino.)

En rigor, desde que llegó NTFS, Windows también tiene un sistema de permisos: el problema es que pocas veces cumple su función. Eso es porque el primer usuario en Windows, el que la mayoría "usa" (valga la horrible redundancia) es de tipo Administrador, es decir, tiene acceso a todo. La idea de Windows es que puedas instalar cosas al estilo "siguiente, siguiente", pero al permitir eso, también deja la puerta abierta para que cualquier cosa que entre a través de ese usuario, tenga la posibilidad de destruir tu PC también al estilo "siguiente, siguiente, siguiente". Para colmo, Windows permite que el usuario "Administrador" no tenga contraseña (lo que muchas veces sucede), pero ése es otro tema.

Bueno, en Linux la cosa no es así. El mega-super-administrador se llama root y nadie más que él tiene acceso total al sistema. El usuario común y corriente no, sólo puede escribir en sus archivos personales y en las particiones en las cuales tenga permiso de escritura.

¿Piano-piano?

El sistema de permisos

Igual que en esta hermosa vida, en Linux existen los usuarios y también los grupos de usuarios. Ahora, la razón de por qué existen éstos grupos es por el famoso sistema de permisos que recién mencioné. Básicamente, cada archivo o directorio pertenece a un dueño y también a un grupo, y eso nos permite definir específicamente cuáles de los tres permisos (lectura, escritura y/o ejecución) tendrá cada individuo.

permisos-de-usuario-nautilus-mini.jpg

Por ejemplo, yo puedo definir si quiero que al directorio "descargas", que está dentro de mis archivos personales (y del cual yo soy dueño), puedan acceder los miembros de alguno de mis grupos (o no) o el resto de los usuarios (o no). Es decir, puedo definir que si un usuario no pertenece al grupo al cual está asociado el directorio, no sea capaz de ver sus contenidos, que los usuarios que pertenezcan al grupo sí sean capaces de leerlos, pero que únicamente yo (el dueño) pueda editarlos o borrarlos. El pantallazo lo dice todo.

¿Cómo llegar a eso? Simple. Clickea sobre un archivo o carpeta con el botón derecho y elige Propiedades. En la pestaña Seguridad podrás hacer las modificaciones que quieras. Ahora, si quieres crear o modificar los grupos, tu destino está en Sistema > Preferencias > Usuarios y Grupos. Ahí podrás, por ejemplo, crear un grupo llamado "usuarios" y agregar a los usuarios que quieras, para luego asignarles los directorios y los permisos que quieras a ése grupo.

¿Un uso práctico? Si a ese PC se conecta más gente remotamente, puedes definir que ciertas carpetas sólo sean accesibles por usuarios locales. O quizás te interese restringirle el acceso a tus documentos al resto de los usuarios. No sé, la posibilidad está, y ya sabes qué hacer cuando quieras hacer uso de esta maravilla de los permisos en Linux.

A propósito, ¿cuántos pares son tres moscas?

Montar particiones

Ok, tus documentos.

Para ver si está todo en su lugar, abre Nautilus (el explorador de archivos) en Lugares > Computador y revisa si aparecen todas tus particiones. ¿Sí? ¿No? En realidad, lo más probable es que todo esté en orden, pero quizás por alguna misteriosa razón al instalador se le escapó una partición y tendremos que hacerlo nosotros. En cualquiera de los casos, te recomiendo que pongas atención en este ítem, porque es bien útil que sepas cómo funciona esto en el mundo del pingüino.

¿Recuerdas que allá tenías el Disco C:, el D: y así sucesivamente? Bueno, acá no es así. En Linux, todas las particiones de los discos duros van incluídas, o mejor dicho, se "montan" dentro del sistema de archivos (filesystem) principal, que a su vez corresponde a otra partición. Sé que puede sonar algo complicado en un principio, pero ya verás que no sólo es más simple sino al mismo tiempo, más poderoso.

(Dato: el sistema de archivos o filesystem es la raíz de donde descienden todos los directorios en Linux, y corresponde a /)

Imagínate que cada partición fuera simplemente una graaan carpeta que contiene carpetas más chicas (los directorios). Todo se trata de que estas graaandes carpetas las puedes meter donde quieras, dentro de otras carpetas (que a su vez, están dentro de otras particiones). Así, básicamente defines un punto de montaje (algo así como una carpeta virtual) en el cual irá todo lo que haya dentro de esa graaan carpeta. Y cuando la abras, ni te darás cuenta que es otra partición. Será sólo una carpeta más.

En el fondo del fondo, se trata de atajos, o "accesos directos" como diría nuestro amigo el señor Rejas.

Por ejemplo, Linux guarda todos los archivos de usuario en un directorio llamado /home. Éste puede ser una carpeta física dentro de la partición raíz, /, o bien puede ser otra partición si definimos que /home sea su punto de montaje. O mejor, un caso práctico: tenemos una partición para compartir archivos con Windows (FAT32 o NTFS) y queremos que su contenido aparezca dentro de nuestros archivos de usuario.

¿Hagámoslo ahora? Ya poh'.

bootlog-computer-gparted-feisty.jpg

Un momento. Tómate un trago de cerveza. A estas alturas, tu cabeza debe estar hirviendo entre tanto Concepto Críptico™, así que tómate todo el tiempo que quieras para refrescar tu garganta con ese burbujeante líquido que tienes a tu lado. ¿Ok? Sigamos entonces. Y recuerda que si todas tus particiones están en orden, puedes saltarte estos párrafos.

Veamos. Si abro Lugares > Computador, Nautilus me muestra sólo dos particiones además del DVD y el filesystem (la raíz): una NTFS de 7.8GB y otra de 98GB, de tipo XFS, donde guardo las mil y un versiones en vivo del Dark Side. Pero yo sé que tengo otra partición más, una FAT32 que uso para compartir archivos entre Windows y Linux, y que no aparece en listado. Tendremos que montarla, y para eso el GNOME Partition Editor (en Sistema > Preferencias) nos dirá dónde donde está.

Si te fijas en el pantallazo, la partición seleccionada es la FAT32 que yo decía, y está en /dev/sda6. Así como Linux reúne todos los archivos de usuario dentro de /home/, los dispositivos están todos en /dev (por devices). Por su lado, sda significa que se trata del primer disco SATA del PC (los IDE se llaman hda, hdb y así), y el número que viene después (6) es simplemente el número de la partición.

Pregunta: ¿cómo se llamaría, entonces, la tercera partición del segundo disco duro IDE en Linux? ¡Ahá! Quizás algún día logres conquistar a una mujer con ese dato (cuando las vacas vuelen, por supuesto).

Ya. Llegó la hora de abrir el terminal. Un trago más y ándate a Aplicaciones > Accesorios > Terminal. Hagámos el caso de que tu usario se llama Juan Morpheus y tu computador MiPC es la Matrix. Debería decir algo así:

[ morpheus@matrix ] $

¿Watson?

Tranquilo. Es sólo la línea de comandos de Linux. Aprenderás a quererla con el tiempo, ya que te darás cuenta que podrás hacer algunas cosas muchísimo más rápido que clickeando aquí, allá, aquí de nuevo, etcétera. Escribe el comando "pwd" y apreta Enter.

[ morpheus@matrix ] $ pwd /home/morpheus

Excelente. "pwd" es un comando que simplemente nos dice en qué directorio estamos. Ahora vamos a crear el punto de montaje (un directorio vacío) donde montaremos la partición. Lógicamente, esto también podrías hacerlo a través de Nautilus… pero la idea es que veas el proceso completo. Nota: de ahora en adelante sólo mostraré del signo plata ($) hacia adelante, ya que lo otro no nos importa.

$ mkdir documentos

Por si las moscas, "mkdir" significa make directorio (crear directorio). Ahora démosle.

$ mount /dev/sda6 documentos mount: only root can do that

De veras. Necesitamos ejecutar ese comando como el superusuario ("su") root. Puedes apretar la tecla "flecha para arriba" y aparecerá lo que escribiste antes. Esta vez, agrégale un "sudo" al principio. Después tendrás que tipear la clave de administración.

$ sudo mount /dev/sda6 documentos Password: $

Ahora si que sí. Abre Nautilus y revisa si todo está bien. ¿Puedes crear una carpeta?

Probablemente no. ¡He ahí el sistema de permisos! Al tratarse de una partición "externa" (FAT32 es de Windows), Linux no te dará permisos de escritura a menos de que se lo pidas. Tendremos que desmontar la partición ("umount") y hacerlo otra vez, pero con la opción necesaria.

$ sudo umount documentos $ sudo mount /dev/sda6 documentos -o uid=1000

La opción uid=1000 significa que el usuario que será dueño del punto de montaje será el que posea el User ID número 1000, que por defecto es el primer usuario creado en una instalación de Ubuntu. O sea el tuyo. Ahora, si ése PC lo usa más gente, tendremos que asignarle un grupo también. Para eso podemos usar uno llamado plugdev, al que pertenecen por defecto todos los nuevos usuarios en Ubuntu. El ID de plugdev es 46, y en ése caso, el comando sería:

$ sudo mount /dev/sda6 documentos -o uid=1000,gid=46

Ahora, si abres la carpeta documentos deberían aparecer todos tus archivos y deberías poder editarlos. Lo último que falta por hacer es decirle al pingüino que monte la partición automágicamente cada vez que prendas el computador (lógico). ¿Qué hay que hacer aquí? Tenemos que editar un archivo llamado /etc/fstab (por filesystems tab) y agregar los mismos parámetros que acabamos de usar para montar la partición a mano. Linux lee este archivo cada vez que booteas y monta todo lo que aparezca ahí.

$ sudo gedit /etc/fstab

Debería aparecer un archivo de texto horriblemente críptico, con símbolos raros y mensajes alienígenos. Perfecto, eso mismo es. Ándate a la última línea y agrega lo siguiente, reemplazando donde corresponda (el usuario y la partición). Recuerda que todo esto es para una partición FAT. Si eres NTFS, tienes suerte. Salta tres casillas, y aterriza aquí.

/dev/PARTICION /home/USUARIO/documentos vfat defaults,utf8,uid=1000,gid=46 0 1

Por ejemplo:

/dev/hda3 /home/pedro/documentos vfat defaults,utf8,uid=1000,gid=46 0 1

Y listo. Cuando reinicies tu partición debería estar ahí. Ahora puedes respirar hondo y sonreir: ya pasaste la primera etapa.

Cómo leer y escribir en particiones NTFS

ntfs-config-ubuntu.jpg

Hace un tiempo escribí una guía que explicaba cómo lograr esta antigua proeza. Y si digo antigua es porque ya dejó de serlo. Ahora es tan simple como instalar un par de paquetes y esperar que ellos se encarguen de todo.

Si tienes Feisty, los paquetes ya son parte del repositorio oficial, así que sáltate esto. Si sigues con Edgy, agrega estos repositorios en Synaptic (recuerdas cómo se hacía?) o bien, editando /etc/apt/sources.list.

deb http://ntfs-3g.sitesweetsite.info/ubuntu/ edgy main main-all deb http://flomertens.keo.in/ubuntu/ edgy main main-all

Ferpecto. Ahora instala el paquete ntfs-config (que instalará automáticamente el maravilloso driver ntfs-3g). Una vez que esté instalado, sumérgete en Aplicaciones > Herramientas de Sistema y abre el NTFS Configuration Tool.

Sigue los pasos y todo estará bien. El programita se encargará de configurar el archivo /etc/fstab para que la próxima vez que bootees, puedas escribir en tu partición NTFS y el mundo esté en paz.

Cómo compartir carpetas en red

Buen punto. ¿Quién no tiene su computador en red y quiere compartir su música con los tarros vecinos?

samba-folder-sharing-mini.jpg

Si ya tienes instalado el paquete samba, es cosa de que vayas a Sistema > Administración > Carpetas Compartidas, y agregues la ruta de las que quieras compartir, y definas si quieres dar el permiso de escritura o no. Eso sí, para que esto sea posible, el usuario que se conecte a tu PC debe existir en Ubuntu, o de lo contrario será incapaz de escribir en el disco (igual que como en Windows). Personalmente, yo uso el mismo nombre de usuario en casi todos los PCs que uso, así que me evito tener que crear más y más usuarios. Lo que sí tienes que hacer es validar el usuario en Samba, a través del siguiente comando en la consola:

$ smbpasswd -a nombredeusuario

Y agregar la contraseña del usuario.

Una vez que tengas todo listo, ándate a Sistema > Administración > Servicios, y reinicia Samba para que los cambios entren en efecto. Basta con que desactives y reactives la cajita al lado de… ¿que por qué se llama Samba?

Ahá. Samba se llamba SaMBa por SMB, de Server Message Block, el protocolo que usa Windows para compartir archivos. Eso es todo.

Pasemos a la próxima.

Cómo montar carpetas en red

Hay varias formas de lograr esto, pero si estás usando GNOME (asumo que sí), usaremos el método Nautilus que es enviablemente simple (y digo envidiable porque en Thunar aún hace falta esto).

Básicamente hay dos formas de llegar al mismo punto. Uno es clikcear en Lugares > Conectar a Servidor… y poner los datos de la carpeta remota, en caso de que lo sepas. El otro es navegar por la red hasta encontrar la carpeta que quieres montar, y cuando estés ahí clickear en Conectar a Servidor, y los campos ya se habrán llenado con todo lo necesario.

Hagamos el caso que tienes una red compartida con PCs Windows, y hay una carpeta ("share") de música al que te quieres conectar.

connect-to-server-nautilus-mini.jpg

Para el primer método, tendrás que abrir la ventana, decirle a Nautilus que se trata de un "Windows share" (a no ser de que quieras conectarte vía FTP o SSH) y poner el nombre o la dirección IP del servidor, cómo se llama el share y opcionalmente el nombre del usuario (si es distinto al que usas en éste tarro). Si quieres ser más específíco, también puedes poner la carpeta, como ves en la imagen.

Si no tienes los datos precisos (que es lo más probable), clickea en Lugares > Red, y abre la Red de Windows. Una vez que encuentres el PC que buscas, y que entres al share luego de haber ingresado usuario/contraseña, clickea en Conectar a Servidor y boom. Listo.

¿Cómo hacer para que esas carpetas aparezcan después de que apagues el computador? Nada. Nautilus recordará los datos que pusiste, y cada vez que clickees sobre la carpeta de red intentará conectarse (eso sí, te pedirá contraseña de nuevo). Si quieres eliminar un servidor, basta con que clickees con el botón derecho y pongas Desmontar Volúmen (Unmount Volume).

Qué delicia, ¿no?

Optimizaciones

Llegamos al monstruo final. Prepárate, tómate un trago de cerveza y sigue. Esto es lo último.

Prelinking

Prelinking significa, en buen chileno, cargar previamente las librerías que más utiliza el sistema, para que así los programas se demoren menos en cargar. Si tienes Feisty, no tienes que hacer nada, ya que viene activado por defecto. Si no, instala el paquete prelink, y luego abre el archivo /etc/default/prelink, así:

$ sudo gedit /etc/default/prelink

Busca la línea que diga "PRELINKING=unknown" y cambia "unknown" a "yes".

¿Yes?

Booteo concurrente

Booteo concurrente significa que las cosas se carguen en paralelo a la hora de bootear. Aquí la mejora se nota especialmente en los procesadores de núcleo múltiple, ya que éstos pueden separarse la carga entre uno y otro. ¿How to?

$ sudo gedit /etc/init.d/rc

Ahora busca la línea que dice "CONCURRENCY=none", y cambia "none" por "shell".

Tamos.

Deshabilitando servicios

Muy importante. Muy. Sistema > Administración > Servicios. Ahora verás un listado de los distintos servicios que Ubuntu tiene activados por defecto cuando booteas. Como te imaginarás, mientras menos hayan activados, mejor. Así que saquemos lo que no necesites:

servicios-ubuntu-gnome.jpg

  • Anacron: Ejecuta tareas programadas. Yo uso cron para eso, así que lo apagué.
  • Atd: lo mismo de arriba. También fuera.
  • Alsa-utils: Gestión de la tarjeta de sonido. Aunque suene importante, la verdad es que no lo necesitas.
  • Apport: Sistema de informe de bugs. Cuando un programa falla, te aparece una ventana que te permite informar a los desarrolladores del problema. Personalmente, creo que es una gran manera de ayudar a mejorar Linux y las diversas aplicaciones, pero entiendo si no te interesa tenerlo encendido. Quizás más adelante lo harás. :)
  • Bluetooth: Mi PC no tiene dispositivos Bluetooth, así que lo tengo apagado.
  • Britty: Gestión de gráficos en braille. Si tienes la suerte de estar leyendo esto, claro que no lo necesitas.
  • Klogd: Importante. Mantiene un registro de lo que pasa dentro de tu computador. Este sí.
  • Sysklogd: Lo mismo de arriba, e igualmente importante.
  • Powernowd: Permite reducir la velocidad del CPU para ahorrar batería. Si tienes un notebook, déjalo encendido. Si no, entonces apágalo.
  • Samba: Si no te aparece es porque no tienes instalado el paquete samba, que permite compartir archivos en red con PCs Windows. Si lo instalaste, entonces querrás tenerlo encendido.
  • GDM: Gnome Display Manager. La pantalla de inicio gráfica que te permite elegir sesión y usuario. Activado sí o sí.
  • Wacom-Tools: Nones. A menos de que tengas una tableta gráfica Wacom (si no sabes lo que es eso, menos aún).
  • HDParm: Permite optimizar las distintas particiones de tu disco duro. Yo lo tengo encendido, y ya te mostraré cómo sacarle provecho.
  • Hotkey Setup: Si tienes teclas multimedia en el teclado, entonces déjalo encendido.
  • Avahi-Daemon: Permite descubrir servicios dentro de redes locales. Si tienes tu PC en red y quieres, por ejemplo, compartir tu música con DAAP (como en iTunes), entonces actívalo.
  • Acpid: Gestión de alimentación de energía para tu tarro. Si es relativamente nuevo (año 2000 en adelante, por ahí), entonces sí.
  • Apmd: Lo mismo de arriba pero para PCs que no soportan lo de arriba (Acpid).
  • Cupsys: ¿Tienes impresora? Yo no, así que lo tengo apagado.
  • Hplip: ¿Tienes una impresora HP? Si no, no.
  • Ssh: Servidor SSH. No te debería aparecer en una instalación por defecto, a menos de que hayas instalado el paquete openssh-server. Permite que te conectes remotamente a tu PC a través de un terminal de comandos. Una maravilla.
  • Etc-Setsetial: Gestión de puertos seriales. No gracias.
  • Festival: Soporte para síntesis de voz. Nunca lo he usado.
  • Dbus: Definitivamente sí. Permite que los programas que usas hablen entre sí.
  • Screen: A menos de que seas un ávido usuario del terminal de comandos, no lo necesitas.

¡Chan-cha-cha-chán! Fin. Finito. The End. ¿Ves que no era tan difícil? ¿Ves que no era tan tortuoso? ¿Estás listo para decirle Adiós a Microsoft?

(…)

¿Aló? ¿Hay alguien ahí?

Maldita sea. Sabía que nadie iba a llegar hasta el final. Como ven (o mejor dicho, como ves, porque debes ser el único en leer esto), este Enchúlame definitivamente se extendió más de lo que me imaginaba. Y eso que tuve que dejar fuera un montón de cosas, especialmente lo del "maquillaje de escritorio" que probablemente muchos esperaban (por eso les dije que no se hicieran expectativas!).

¿Se viene una tercera parte? Sí, por supuesto que sí. Y en muchísimo menos tiempo de lo que demoró en salir este EEU2.

Ah, y un detalle para los que vayan a copiar y pegar este post en sus blogs: por favor, les pido que respeten la autoría de este artículo, escrito por mi persona en mi tiempo libre, con sudor y dedicación. Perdí más horas de las que se puedan imaginar, por el sólo afán de contribuir al mundo del Código Abierto, así que lo único que les pido es eso: no roben. Por lo demás, es mal karma. :)

Y hablando del karma y los eternos enigmas de este universo… creo que hoy encontré la respuesta de uno de ellos. Hace un tiempo me pregunté qué pasaría si efectivamente sentaras a un chimpancé frente a un computador, para que teclee horas y horas sin sentido. ¿La respuesta? Probablemente sería algo tan inútil e inservible para la vida como este pedazo de artículo que acabas de leer!

En todo caso, si hay algo que me queda claro es que éste puede ser, muy probablemente, el post más asquerosamente extenso de toda la infinita blogósfera. Fuera de broma. 3927 interminables palabras de balbuceos sin sentido… ¡y leíste hasta la última! :)

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